Imagina por un momento que te despiertas una mañana y al abrir Facebook o Instagram te das cuenta que no hay publicidad. Un escenario en apariencia idílico donde no recibes múltiples anuncios relacionados con tus búsquedas o tus gustos personales. Parece un sueño, pero ¿cuál sería realmente el coste económico de sostener este formato para el usuario común?

Hagamos un pequeño ejercicio de especulación. Si realizamos un cálculo basado en los ingresos de Facebook durante el año pasado y los repartimos entre todos sus usuarios, el resultado es sorprendente. Cada usuario de Facebook e Instagram tendría que pagar aproximadamente 20 euros al año para mantener la plataforma sin publicidad. Un escenario que, aunque para muchos pueda parecer una irracionalidad, parece cada vez más plausible ante el creciente malestar de los usuarios con la publicidad invasiva.

Sin embargo, este número es fruto de una simple división matemática y puede que no refleje la verdadera realidad. No todos los usuarios utilizan las plataformas de la misma manera ni aportan el mismo valor a los anunciantes. Por lo tanto, es probable que si llegase a producirse un cambio de este calibre, el cobro se realizase de manera más personalizada, basado en el uso y el valor que cada usuario aporte a la plataforma.

Además, hay que tener en cuenta que estas plataformas ofrecen un espacio no solo para las grandes marcas, sino también para los pequeños emprendedores y negocios. Por lo tanto, un cambio de este tipo podría tener un impacto significativo en la economía digital y en miles de pequeñas empresas que hacen uso de estas plataformas para llegar a su público objetivo.

En conclusión, aunque la idea de un Facebook e Instagram sin publicidad puede parecer atractiva, hay que tener en cuenta lo que esto realmente significaría tantos para los usuarios como para los pequeños negocios.